Al viajar por
el interior del país, caminé por las estrechas gargantas de King´s Canyon y por
cordilleras como Las Olgas. También pude
rodear la gran Montaña sagrada, que los aborígenes llaman Uluru, penetrando así en la
verdadera esencia de Australia.
Caminar por el
desierto en pleno verano, bajo el sol brillante que resalta los distintos
matices de la tierra rojiza, fue una experiencia inolvidable que marcó un antes
y un después en mi quehacer artístico.
Al intentar plasmar en el lienzo los paisajes del desierto, comencé con la misma técnica con la que había pintado los bosques y el mar.
No encontraba la manera de expresar las sensaciones que tuve en este viaje
y así comenzó mi búsqueda. Emborroné los bocetos y poco a poco fui descubriendo los colores y la esencia de la tierra cálida.
Al intentar plasmar en el lienzo los paisajes del desierto, comencé con la misma técnica con la que había pintado los bosques y el mar.
No encontraba la manera de expresar las sensaciones que tuve en este viaje
y así comenzó mi búsqueda. Emborroné los bocetos y poco a poco fui descubriendo los colores y la esencia de la tierra cálida.
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